Tuve que acercarme un poco a él para escuchar su última frase.
Ladeé un poco la cabeza y lo miré sonriendo.
- No te preocupes por eso -me incorporé y pegué un pequeño salto-. ¿Qué quieres? que te invito -y antes de que pudiera decir nada añadí- Y no acepto un no por respuesta tejoncito.
Ladeé un poco la cabeza y lo miré sonriendo.
- No te preocupes por eso -me incorporé y pegué un pequeño salto-. ¿Qué quieres? que te invito -y antes de que pudiera decir nada añadí- Y no acepto un no por respuesta tejoncito.