No les ofreció sitio, sino que se quedó ella sentada en su escritorio, esperando a que llegaran.
Cuando tocaron la puerta se levantó.
Fue hacia lapuerta, algo inusual, y la abrió, observando a las jefas de las casas.
- Hola, siento haberos molestado... pero era importante. Pasad y sentaos si queréis.