Algo enfurruñado bajé las escaleras que daban a las mazmorras con la simple intención de que el frío de los bajos niveles me calmara un poco y me diera un golpe en la cara con su realidad. ya que no se podía salir afuera porque ya era de noche, había decidido irme allí, sin esperanza alguna de encontrarme con alguien si no que, como ya he comentado, sólo quería estar un rato solo de verdad sin nadie alrededor que hiciera gesto de ignorarme para aclararme un poco.
No sabía porqué, pero aquella semana, desde que me levanté para ir a la clase de Encantamientos con la profesora Swen, no me sentía bien.
Caminé y caminé por los pasillos levemente iluminados por antorchas estratégicamente colocadas.
Vi una puerta entreabierta. Curiosamente daba a los mismos baños que Elena, Sonianda y yo habíamos visto en nuestra aventura por aquella zona cuando ésta se inundó.
Entré y abrí uno de los grifos para beber agua. una vez sacié mi sed decidí volver a mi paseo nocturno, pero al darme la vuelta me encontré de frente con...