Sonianda Sáb Mayo 01, 2010 6:36 pm
La enfermera se acercó a la cama de Sonianda sin perder de vista a los chicos.
-No me creo nada de lo que decis, creo que me habría enterado de que un quimera anda rondando por los pasillos del colegio
La enfermera puso la mano en la frente de Sonianda sin perder de vista a los niños, pero en seguida se retiró y miró a la niña extrañada.
Algo no iba bien. Sonianda comenzaba a recuperar el color que provocaba el veneno.
-Qué raro, creo que el veneno es más fuerte de lo que pensaba
Se dio la vuelta y fue fugaz a buscar otro antídoto.
Cuando se marchó la enfermera, aareció dano con alguien más, Ciqui.
Esta estaba confusa, pues hacía un momento que jugueteaba con la ropa de Sonianda, y de repente, estaba en un sitio con mucha gente.
Miró por todas partes confusa. Luego, vio a su dueña tumbada en la cama y con un color preocupante.
Ciqui alzó las patas delanteras agitándolas muy nerviosa y moviéndose por toda la estancia, como si no supiera que tenía que hacer.
Subió a la cama de su dueña y se puso encima y le dio unos golpecitos suabes en el pecho con las patas, como si quisiera que se despertara.
Olisqueó el ambiente y fue directa al brazo de Sonianda donde había sido mordida.
Tenía el brazo muy hinchado, de color morado muy intenso y las venas se le marcaban de forma exagerada.
Ciqui bajó las orejas y cerró los ojos muy fuerte, hizo un gesto como si se estuviera esforzando y la punta de la cola donde era más oscuro, adoptó un color blanco y amarillo que ganaba luminosidad, parecía un farolillo.
Ciqui miró la cola para comprobar que había funcionado y la posó en el brazo de Sonianda, aciéndola rodar como un rodillo.