Irene Mar Ene 12, 2010 12:24 am
Suspiré y comencé a contarle lo que nadie sabia.
- Recuerdo esa Navidad como si la hubiese vivido ayer mismo... Esa noche mi abuela había venido a cenar con nosotros, cuando terminamos de cenar se marchó a su casa con la promesa de que vendría al día siguiente para comer. Esa noche mis padres me mandaron a dormir pronto ¿sabes? y yo obedecí sin rechistar porque pensaba que Santa no vendría si no estaba dormida - sonreí nostalgica, después clavé la mirada en el suelo. Las lágrimas habían dejado de brotar, tenía los ojos completamente secos -. Todo esto pasó hace mucho, cuando tenía cuatro años. Por ese entonces yo tenía el pelo tan largo como mi madre... - Casi sin pensarlo me llevé la mano a la corta melena para apartar un mechón de la cara -, estaba nerviosa por el hecho de que Santa viniese a mi casa ¿sabes? no podía dormir y bajé a la salón por que había luz. Estaban mi padre y mi madre, ella tocaba el piano... pero no hacía ruido. En ese momento me pareció increible, ahora lo entiendo - sonreí de nuevo - ellos estuvieron hablando, Hermes también estaba ahí.
Hice una pausa para coger aire, nadie sabía nada y por una vez quería contarlo y quería contarlo como la historia se merecía.
- Cuando yo llegué estaban hablando del colegio, de alguna rivalidad que tenían, en ese momento tampoco lo entendí, ahora sí. Mi madre fue Slytherin, como toda mi familia materna, y mi padre Gryffindor, como yo - dije orgullosa -. Mi padre me cogió en brazos y me hizo cosquillas, pero de repente se escuchó un ruido. Mis padres se pusieron muy serios.
Suspiré intentando calmar mi corazón que había empezado a latir a mil por hora.
- Yo no sabía que mis padres estaban allí por un asunto de trabajo, no sabía que eran espias del ministerio. Eran aurores, los dos. Mi padre dijo que quería jugar al escondite y yo accepté el reto. Mi madre nos buscaba. Entonces, mi padre me escondió en el desván, donde habían hecho un escondite muy bueno. Me dijo: "Te queremos mucho, no lo olvides nunca. Prométeme que no vas a hacer ningún ruido ¿vale? Si lo haces podrás abrir los regalos cuando mamá te encuentre." - suspiré recordando y reteniendo las lágrimas que empezaban a humedecer mis ojos -. Desde ahí podía ver todo lo que ocurría abajo, pero los de abajo no me veían a mi. Fue entonces cuando vi a los padres de mi mejor amigo, vestidos completamente de negro y con la varita en la mano.
Cerré los ojos un momento, lo suficiente como para matar las lágrimas que había en ellos.
- Vi como asesinaban a mis padres y como, después, arrastraban a mi madre fuera del campo de visión. Supuse que también había muerto, aunque nunca vi el cadaver. Tras ver eso lloré hasta caer dormida. Al día siguiente mi abuela me sacó de ahí. Me cortó el pelo para que los mortifagos no me reconociesen - omití mi juramento y continué -. Mi abuela nunca me dijo nada de los Malfoy ¿sabes? me crié con ella hasta hace dos años, casi, que murió. Desde entonces iba a orfanatos, pero ahora vuelvo a tener familia... . - Hasta que sea lo suficientemente mayor como para poder irme y vengarme, pensé -. Aunque nunca he vuelto ha celebrar la Navidad... Bueno, pues ya sabes mi secreto...
Toma parrafada... ¿no querías conocer sus secretos?
... y sí, tienes razón, lo mejor será que vayamos a dormir...