Intentando pensar (2)

Caminé junto a Irene hacía la sala de los menesteres y entramos dentro.

- Esto es otra cosa, ¡Que calorcito!- sonreí - ¿Nos sentamos? - dije al ver unas sillas

La sala estaba iluminada levemente había un par de sofás frente a un estante lleno de libros. Al fondo había una chimenea, encendida, que iluminaba la estancia en frente había un par de sillas.

- ¡siiiiii! Muchisimo mejor. ¿Vamos junto a la chimenea hasta que entremos en calor?

- Si, muy buena idea - dije mientras me dirigí a las sillas, al lado de la chimenéa.

- ¿Qué se supone que eran esos monstruos? - pregunté sobresaltada tras sentarnos - Alguna vez había oido hablar de ellos, pero nunca los había visto - continué

Me senté en la silla y escuché la pregunta.

- ¿Los grindylows? - hice recapitulación de lo aprendido -. Son demonios de agua son muy hostiles tanto con los muggles como con nosotros, los magos, si tienes que volver a enfrentarte a ellos ten en cuenta el hechizo relashio y si no tienes a mano la varita... sus dedos se tronchan con facilidad... Pero es dificil recordarlo cuando actuas bajo presión - me sonrojé un poco.

- Muy bién señorita, 5 puntos para tu casa - dije seria, pero miré la cara de Irene y no pude evitar reir.

Me uní a sus risas.

- Lo cierto es que no se ni como lo recuerdo tan claramente... Solo se lo escuché decir a mi abuela una vez y lo recuerdo como si fuese ayer - me encogí de hombros -. ¿Qué es lo que quieres estudiar?

Después de esas largas risas, Irene me pregunto que quería ser de mayor.

- Pues, ¡Medimago! - le dije emocionada - ¿Y tu?

- Pues auror, aunque no me importaría ser profesora de encantamientos. - sonreí.

Sonreí y miré a Irene.

- Bueno y dime... ¿Cuándo conociste a Hermes? se os ve muy unidos

Abrí los ojos exageradamente, sorprendida por la pregunta.

- Me lo regaló mi padre cuando cumplí tres años, ellos lo usaban para mandar la correspondencia pero siempre venía a mí y al año siguiente no tuvo a nadie más que a mi y a mi abuela, aunque jamás le hizo caso - sonreí con añoranza recordando a mi abuela -. Cuando el no le hacía caso lo picaba cariñosamente.

- Asi que lleváis muchos años juntos - sonreí - ¿Tienes algun amascota mas? - pregunté interesada

- No, ninguno mas, solo Helio. Aunque creo que visitaré muchas veces la tienda de animales y criaturas mágicas - sonreí

- A mí también me gustó. No compro ninguna porque en el orfanato no me dejaban tenerlas y ahora tampoco quiero molestar en la mansión. - hice una pausa - Aunque pasaré para comprarle chucherias o cosillas a Hermes ¿Piensas comprar alguna más?

- Si, eso es lo malo - puse cara triste - ¿Chucherías? ¡Que buena idea!, haber si así Hermes me coje más confianza - bajé la cabeza - Pues nose... me gustan tanto las mascotas, si fuera por mi me ventilaba la tienda en dos segundos - reí - Por ejemplo... me encantaría una lechuza, siempre me han encantado, un gato

- Creeme, Hermes te tiene confianza. Le has caido bien y me has salvado, con eso es suficiente para él. Pero no por ello conseguirás que te cuente cosas. Nadie lo ha conseguido nunca, excepto yo - cuando escuché lo de la lechuza me eché a reir - ¿Te imaginas que pasaría si yo comprase una lechuza?

Seguí riendome un ratito.

- Pero los gatos me encantan, me gustaría tener uno, pero eso quizas cuando posea casa propia...


*que por ahora es never never xD

Miré a Irene y sonreí.

- Mejor no me lo imagino - reí

Seguí al igual que ella siendo durante un buen rato.

- Si, son muy bonitos, siempre me han gustado mucho la verdad - le sonreí - Bueno aún somos pequéñas, tiempo al tiempo - le guiñé un ojo

Me rei.

- Claro, cuando sea mayor tendré una grandiiisima casa - dije sonriente - y tendré tres gatos que adoren a Hermes - después me eché a reir.

*no flipa na la cria xD

Reí mientras miraba a Irene

- Y ¿Dónde te gustaría vivir? - le pregunté - A mi me encantaría vivir al lado de la playa, me relaja mucho el ruido de las olas del mar, aunque no muy cerca de ella, aveces me emparanoyo pensando en que pasen sunamis - sentí un escalofrío


Jajajajajaja sisi

- ¡A mí tambien me relaja la playa! Pero para vivir prefiero la montaña, el mar es mejor para las vacaciones, en mi opinion.

xDD

- Si, es una buena opinión – sonreí

Hice una pausa y continué hablando.

- Mi padre siempre adoraba la montaña, mientras nosotros siempre queríamos ir a la playa a pasar las vacaciones el no paraba de quejarse- miré de reojo a Irene tristemente, pero cuándo noté las lagrimas cayendo por mi cara enseguida giré la cabeza y miré hacía la puerta, parecía como si fuera a ver a través de ella, seguidamente y tras secarme las lágrimas cerré los ojos pensando en ellos, hacía ya tiempo de su muerte, pero el tiempo cada vez pasaba mas despacio sin ellos a mi lado.
De repente sentí como mi cuerpo caía de la silla hacia el suelo, no podía ver ni oír nada, y en mi cabeza no paraban de pasar esas horribles imágenes que no hacían más que martirizarme día tras día...



(Pobre Ati, un dia duro XDDD, hacía mucho que no me desmayaba XD, asi que ya hay tema de conversación )

Me sentí algo identificada con ella. Pero de repente se escuchó un ruido y Atiazna estaba en el suelo.

- ¡¡Atiazna!! - dije mientras me arrodillaba junto a ella - ¡¡Atiazna, ¿me oyes?!! - la cogí de los hombros y la zarandeé un poco, intentando no hacerle daño. No se movía y eso me hizo ponerme aun más nerviosa. Las lágrimas empezaron a asomar - Vamos, despierta, despierta por favor...

Aquellas imágenes seguían inundando mi cabeza, hasta que empecé a sentir que me empezaba a mover y escuché una voz, al principio parecía lejana y casi no entendía que decía, pero poco a poco fui entendiendo que decía, era Irene. Poco a poco abrí los ojos y arrodillada a mi lado efectivamente estaba Irene, parecía muy nerviosa y estaba llorando.

- Irene ¿Qué ha pasado? - dije cansada - ¿Estás bien? ¿Por qué lloras? - dije tendiéndole mi mano para que la cogiera.

Apreté la mano de Ati.

- Te caiste, te has desmayado, me has asustado, ¿estás bien?

- Si si, estoy bién - suspiré - ¿Tú? ¿Estás bién?