Muy, muy enfadada...

- Claro -dije de sopetón. Aunque luego decidí matizar-. A cualquiera le importan sus amigos, ¿no? Sobre todo si el numero de ellos no es muy numeroso -sonreí. Aunque de pronto sentí que no debía haber dicho todo eso. Quizás dejarlo en el "claro" hubiera sido lo mejor.

Me soltó la mano y fue entonces cuando me di cuenta de que había metido la pata hasta el fondo.

Miré también al frente y me di cuenta de que habíamos llegado a la zona donde estaba la fuente. Había varios bancos alrededor de ella, pero no me animé a hacer ni decir nada. Me había quedado sin palabras.

Me encontré de nuevo como hacía... ¿cuánto? ¿15 minutos, 30? Mirando la fuente con el agua correr y correr.

Miré a Elena y la encontré de espaldas a mí. Sin duda había hecho algo mal. Madre, pero es que yo no sabía cómo portarme con lo que fuera que pasaba en aquel momento.

Me fui hasta uno de los bancos, a un par de pasos de donde estábamos, y me senté en el respaldo, con los pies en la zona de asiento.

Se me estaba ocurriendo algo para romper el hielo, pero no sabía si era buena idea retomar el tema. Aún así lo intenté.

- Elena -dije llamándola la atención-. He oído que en verano Riddles y Bathorys se van a una comida juntos... ¿es cierto?

Me pareció oírlo en un rol hace un tiempo, pero no estoy seguro jaja

Vi cómo miraba el lago. Quizás quería estar sola, pero mientras estuviera ahí pretendía hacer que se sintiera bien. Si yo la había fastidiado, lo más justo era que yo la hiciera volver a sonreír.

La vi muy distanciada, tan cerca habíamosestado hacía unos minutos... En fin.

- Perfecto -respondí sonriendo e intentando insuflarme un poco de autoconfianza para hacer mi logro. La miré directamente, aunque ella miraba a otro lado-. Te propongo una cosa. Échale a la bebida pastillas vomitivas o turrón sangranariz. Ya verás qué divertido.

No sabía si funcionaría, pero esperaba hacerla sonreír al menos un poquito.

- Sortilegios Weasley. Está bastante bien. Creo que en Zonko, en Hogsmeade, la que van a reabrir, tambié habrá, así que... Siempre puedes probar -guiñé un ojo, pero no estaba muy seguro de que lo viera.

- Bueno, eso es un contra muy grande -respondí cuando dijo lo del pueblo. Cuando puso su mano sobre mi rodilla simplementepuse mi mano sobre la suya-. Ya se nos ocurrirá algo.

Sonreí. No sabía por qué estaba otra vez bien, pero esperaba que fuera el máximo tiempo posible. Quizás para siempre.

- Ya iremos igualmente el año que viene a Zonko, ya verás qué bien.

- Sí, a mí también me apetece mucho -contesté a su vez sonriendo-. ¿Tranquilo? Quizás el año pasado, pero ya me aburro de ser siempre correcto. ¿mala influencia? -hice como que me paraba a pansar-. Bueno, ahora que lo dices... quizás un poco -saqué la lengua.

Sonreí por la frase y el apretón, pero luego fingí estar alarmado.

- Espero que no me malinfluencies en cuanto a los deberes, porque mira que ya tengo pocas ganas de por sí, ¿eh? -reí-. Bah, tú tranquila, no me quejaré de nada... Mientras no me hagas derrumbar, quemar o explotar el colegio o algo que se le parezca, creo que todo irá bien.

La miré.

- ¿Señorita Asile? -no terminaba de entender hasta que...- ¡Ah! La profesora Riddle te refieres, ¿no? -me detuve a pensar-. Qué raro la llamas -sacudí al cabeza-. Bueno, igualmente yo tampoco quiero enfadarla... Me da un poco de miedo, la verdad. Tiene un aura extraña...

- No, si yo no digo que me caiga mal, sino que... Bueno, da igual -me encogí de hombros y la miré.

Parecía más relajada que cuando habíamos empezado a hablar. Y creo que era mejor no sacar de nuevo el tema por si la cosa se volvía de nuevo un poco... peliaguda.

- Oye -dije de pronto tras un rato callado-, ¿y qué vas a hacer este verano, al acabar el curso?

- Ah, bueno, eso está bien -respondí-. La verdad es que yo este verano espero quedarme en el Valle , no soportaría volver a Salem al menos hasta que les cuenten a mis primos que somos magos. No pienso volver a jugar al fubal o fobul ese -sacudí la cabeza-. Si al final me quedo y quieres pasarte algún día por mi casa, ya sabes, no tienes más que avisar. Estás invitada -sonreí. Desde luego, pasar todo el verano en el Valle, solo era aburrido, pero ni por todos los galeones del mundo me pasaba otro verano jugando a aquél deporte del demonio.

Miré nuestras manos cogidas y sonreí un poco más al ver cómo pasaba su pulgar por mi mano. ya decía yo que me sentía muy bien desde hacía un ratito...

- Bueno, pues fútbol... Como sea -sacudí la cabeza-. Bueno, pues ya sabes, yo te aviso si mis padres me dejan invitarte y... bueno, tú simplemente dime cuándo quieres que esté en tu casa, y estaré allí en un periquete.

Oí lo del campamento.

- Bueno, si te aburres no vayas... Nadie te obliga, ¿no?

Me resbalé por el asiento del banco y me senté en el sitio normal para ello.

- Bueno, eso de que no tienes a donde ir se puede cambiar -dije dándole un leve golpecito en el costado-. Pero igualmente, si quieresir y te gusta, aguanta ese mesecito. Además... Siempre puede ser algo útil lo que te enseñen, ¿no?