Desvío la mirada y me aparto un mechón de pelo que por la lluvia se me había pegado, molestándome en los ojos.
- Fui jugadora de Quidditch -respondo con una sonrisa al recordar esos años- Pero en Francia y en un equipo poco famoso... Y... no, no soy la directora de Hogwarts, trabajo ahí como profesora de vuelo.
Ah! Si, es verdad, ya me sonaba a mi verte por los periódicos - le digo mirándola - Pues yo trabajo en el Departamento de Hechizos y Pociones Experimentales. Y también en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas.
- ¿A si? -sonrio más animada- Yo teoricamente también trabajo en el dto de Hechizos y Pociones experimentales. Igual nos hemos cruzado por el ministerio alguna vez.
Comento mirando como de vez en cuando caía alguna que otra gota. Cada vez más.
Pues sí, puede ser - le digo a la Ministra - Pero yo estaría perdido en mi mundo. ¿Y como va el Ministerio? - pregunto haciendome el interesado - Es que he llegado de Irlanda hace poco y estoy un poco perdido.
- ¿Irlanda? Ohh, mi familia es de allí -me pierdo un par de segundos en un recuerdo de la infancia y suspiro- En el Ministerio... las cosas van de mal a peor...
Miro alrededor para ver si había más gente, pero todos se iban a guarecerse de la lluvia.
- Este año hemos tenido demasiados ataques de mortifagos -dije bajando la voz, en tono confidente-. El Ministerio peligra, igual que el colegio.
- Uno de sus mortífagos... Su mano derecha -me giro para observarlo mejor- pero actúa bajo las órdenes de Quien-no-debe-ser-nombrado. No murió hace diez años como todo el mundo quiere creer.
- Todo lo que está pasando apunta a que no murió -bajo la mirada-. Además, hemos interrogado a un par de mortífagos bajo los efectos del veritaserum...
Dejo la frase en el aire y suspiro.
- No sé quién es el que organiza todo bajo sus órdenes -desvio la mirada hacia ningun lugar.
¿Por qué mentía? Todo apuntaba a una misma persona.
Respondí por responder. Eso era un término muggle que casi no tenía que ver con la pregunta.
- ¿Protección de testigos?
Tragué saliva, eso menos aún. Jugué con mis manos, nerviosa. Hasta que suspiré. Salía en los periodicos, así que qué mas daba si se lo decía directamente.
Me reincorporo para sentarme como corresponde y me giro hacia un lado donde se veía un bosque. Levanto el brazo y señalo hacia la silueta del castillo que se podía ver.