Irene Mar Abr 13, 2010 12:32 am
Miré a Elena con curiosidad. Era una chica rara, a veces buena, a veces mala. Era una mezcla realmente rara.
- Su madre, señorita, fue una gran chica. Era sangre pura y estaba orgullosa de serlo ¿sabe? Cuando la señorita Lara y la señorita Anne fueron a la misma casa, Slytherin, lo que las unió más aún. La señorita Lara sacaba muy buenas notas, pero la señorita Anne era una estudiante excelente. Siempre sacaba las mejores notas y la señorita Lara se alegraba por ella, incluso creo que alguna vez le pidió ayuda para los deberes... - el elfo se rascó la cabeza -. Las dos señoritas tenían las mismas ideas, las mismas ambiciones... el mismo futuro, el que según las dos señoritas deberían seguir sus hijos, pero sabemos que no... es seguro que lo hagan. Fueron exactamente iguales hasta que comenzó septimo. La señorita Anne empezó a cambiar, hablaba menos con la señorita Lara y la vi hablar alguna vez con un chico Gryffindor, lo siento señorita, pero no recuerdo su nombre.
- ¿Thomas Swen? - intenté ayudar.
- Sí, señorita, Thomas Swen. Pero nunca dije nada a la señorita Lara, ella no se preocupaba ni tampoco me preguntó. La señorita Anne discutió con la señorita Lara antes de sus examenes de EXTASIS. Por ese chico, el señor Swen, y dejaron de hablarse.
- ¿Por qué discutieron? - se me había hecho un nudo en la garganta, jamás pensé que esa fuese la historia de mi madre.
- Creo que la señorita Anne le amaba y la señorita Lara no lo veía bien. Además influyó en sus planes.
- ¿Qué planes?
- ¡Oh! ¡Eso no puedo decirselo!
Lo miré frustrada pero no insistí. Después de todo me había contado más cosas de las que jamás hubiese podido imaginar.