Elena Bathory Lun Abr 12, 2010 1:08 am
Ni me inmuté ante el manotazo. Miré a Dano y con un imperceptible movimiento de cabeza me entendió. Se levantó y un minuto después volvió con hielo envuelto en un trapo.
- Déjeme su mano señorita -pidió y esperó.
Cuando Dano estuvo a su lado decidí hablar, mirándola directamente a los ojos y seria.
- Me importa porque, aunque no me guste, vas a vivir en la misma casa que yo, pasando a ser de mi familia.