La eclosión

Escuché a Azarel y a Sonianda.

- Jo, pues sería una pena porque me encantaría verlo nacer - dije poniendo cara triste - Aunque la esperanza es lo último que se pierde - dije mirándo al huevo fijamente como si eso fuera a hacer que se abriera al instante.

De repente, y sin avisar, se oyó un chasquido.
-Ah
Miré detenidamente el huevo, pero no parecía provenir de ahí, quizás fuera el crepitar del fuego.
Me encogí de hombros.

Acerqué la mano al huevo y lo rocé. Fue una mala idea, porque las llamas dieron una brusc subida y casi me prenden la manga de la túnica.

- Ouch -miré el huevo-. Veeeenga, dragoncito... misimisimisiii...

Sí, habéis leído bien, lo he tratado como a un gato... espero que no me odie por esto U_U hahaha

-Cuidado Azrael, que no me sé el hechizo del agua
Presté más atención al huevo y vi que una parte de él se movía, como si algo lo empujara desde dentro, pero no terminaba de desprenderse.
Al final se rompió y poco a poco se asomó algo.
Pude divisar un hocico azuldo y luego un ojo brillante medio adormilado.
Sonreí maravillada.
Vamos pequeño, que ya lo consigues.
Junté las manos que no paraban de temblar de la emoción.

**Cierto, ya me había olvidado de él, a ver si me pongo a ello.

- ¡Un dragón! - dije sorprendida - no me puedo creer que vaya a ver nacer un dragón.

Me acerqué para ver mejor y casi me quemo como Azrael. Cuando se asomó el hocico y el ojo di un salto.

- Ya casi está - de repente caí en algo - ¿cómo se trata a un dragón recién nacido? - pregunté a Sonianda que parecía ser la experta en el tema.

-Pues...
Volví a levantar la túnica y saqué una manta, la dejé en el suelo y me levanté.
Fui corriendo a un árbol con un arbusto y rebusqué.
Volví a mi sitio y en la mano llevaba un biberón con una sustancia dentro.
-Con esto
Señalé.
El dragoncito sacó las patitas y empujó la cáscara.

Al rato se oyó un chasquido.

- Esto si que es magia - reí

Miré al dragón sin perderlo de vista y ví como una mano se acercaba al huevo y lo tocaba y me giré bruscamente.

- ¡Cuidado! - avisé a Azarael pero parecía que no se habñia hecho nada - Jajajajaja ¡Qué es un dragón! - reí por el comentario de Azrael.

Volví a oir otro chasquido y volví a mirar atentamente al huevo y al instante apareció una cabecita.

- ¡Qué bonito! *.* - dije al ver su cabecita - ¡Es precioso! - miré a Sonianda y le dí un abrazo.

Escuché lo que dijo Dawn y miré atenta a Sonianda la cuál trajo un biberón y el dragón se volvió a mover.

- Y ¿Qué lleva ese biberón? - pregunté cada vez mas sorprendida sin perder de vista al dragón.

-Wisky y sangre, no me preguntes por ella, no ha sido agradable conseguirla. El wisky se lo pedí a los elfos, aunque al principio se mostraron reacios a darmelo
El dragón dio un último empujón y rompió el costado, pero al hacerlo resvaló y cayó al suelo, suerte que había hierba.
Rápidamente cogí la manta y le envolví para que mantuviera el calor, miré los cuernecitos, la punta de la cola y las alas.
-Creo que es macho
Sonreí.

Escuché a Sonianda.

- ¿Wisky? tu lo que quieres es emborracharlo - bromeé

Escuche otro ruido y miré al dragón, el cuál habías salido del cascarón, le observé admirada.

- Pues es muy bonito - miré a Sonianda sonriente - Ahora solo tienes que pensar su nombre - le dije mientras miraba al dragón.

-Es lo que me dijeron y lo que pone en el libro
Miré al dragón.
-Mm..., creo que lo llamaré Acay
Agíté el biberón y se lo di al dragón, este absorbió el contenido con avidez.

- ¿Whisky? - pregunté sorprendida - desde luego no es de lo que yo esperaba que se alimentase un dragón.

Luego miré alrededor.

- Por cierto Sonia, ¿lo vas a criar aquí? - pregunté mientras señalaba al bosque - porque de momento es pequeño, pero cuando crezca va a ser difícil mantenerlo oculto y no creo que a los profesores les haga mucha gracia tener un dragón como mascota del colegio. - después de decir esto me quedé pensando un poco - aunque pegaría con el lema del colegio - dije entre risas - Draco dormiens nuquam titillandus.

Miré a Dawn confusa y con la boca un poco abierta. No había entendido ni papa.
Luego pensé en la pregunta.
-Pues no estoy segura
Fruncí el ceño.
-Creo que de momento me lo llevaré a mi sala y cuando crezca, lo llevaré aquí y le enseñaré a ocultarse

- No sé, Sonia, no me parece un plan muy sólido. No debes olvidar que puede ser muy... agresivo -dije viendo como el dragoncito alzarse sobre las patas tras haberse caído al suelo-. Además -añadí-, las cosas grandes acaban por... conocerse. Quizás demasiado.

-¿Tu crees?
Me encogí de hombros.
-Bueno, haré lo que pueda para educar a este pequeñín y no sea un dragón agresivo, ¿a que sí Acay?
Miré al dragón que parecía muy feliz con su biberón.

- Me recuerdas mucho a Hagrid porque al final dijeron que seguía por aquí, ¿no? -sonreí y ladeé la cabeza-. Mi tía me dijo que el año del torneo de los tres magos (ella estaba repitiendo 7mo) trajo unos bichos la mar de extraños y que echaban fuego o algo así -ante mi descripción me detuve a explicar-. Y no, no eran dragones

-¿De verdad?
Dije sorprendida.
Luego estuve pensando un rato.
-¿Crees que Hagrid podría cuidar de él?

Miré a Azrael y asentí preocupada.

- Si, Azrael tiene razón - dije mientras miraba apenada al dragón - Por naturaleza puede llegar a ser agresivo - miré a Sonianda - Pero estoy segura de que podrás y cuenta con mi ayuda - le sonreí

Escuché a Sonianda y miré pensativa a Azarel esperándo ver que contestaba.

- Yo creo que sí -dije tras unos momentos pensativo-. Es grande, y sabe cómo manejarse en estos temas. No por nada él cría muchos animales... Creo que se puede confiar en él -me puse una mano en el pecho, teatralmente-. Y, claro, por supuesto también en mí. Yo también quiero ayudar.

-Muchas gracias chicooos
Seguí mirando al dragón que ya había terminado de tomarse el biberón y ahora estaba durmiendo.

- No tienes que darnoslas - le sonreí - Además, todo sea por este pequeñín - dije mientras lo miraba embobada - Es precioso

Me encogí de hombros y sonreí.

- Para eso estamos, supongo.

Me encontraba más feliz que en semanas anteriores. Por fin creo que econtraba mi sitio en el colegio.

-Muchas gracias chicos
Me levanté con el dragón dormido en mis brazos.
-Ahora que no tengo que prenderle fuego..., ya no hará falta que venga por aquí. Lo cuidaré en mi casa común, y cuando crezca, iré a ver a Hagrid

Asentí.

- Me parece bien. Aunque es una pena, yo no te voy a poder ayudar mucho con lo de la sala -dije mirano al suelo y poniendo las manos en los bolsillos de la túnica.

Miré sorprendida a Azrael.
-Lo dices como si fuera a dejar encerrado a mi dragón en mi sala
Miré al resto.
-No os preocupeis, lo sacaré a la calle tres veces al día ^^, así lo podreis ver

- ¡Wooow! - dije emocionada - Estaría genial, personalmente ¡Me encantaría! - sonreí ampliamente