Investigando

Era sábado, Jacob había ido a pasear por el pueblo cuando llegó a la casa de los gritos. Había oido muchas cosas acerca de ella decidió pasar a investigar un poco.

ADULTA

Estaba tranquila tumbada en una cama de sábanas aterciopelada de color rojo oscuro, en una habitación de la casa de los gritos.
Era el mejor lugar, pues nadie se acercaba, más que nada, por miedo.
Por eso me extrañó la presencia de alguien.
Fruncí el ceño, abrí los ojos y me incorporé.
Aún no sabía si era hombre o mujer, pero si humano.
Por si acaso no bajé la guardia.

No había duda, había alguien y para saber quien podría ser busqué una araña.
La encontré escalando la pared, me acerqué a ella y la pedí que me hiciera un favor.
La arañita se marchó para más tarde aparecer contándome que había visto.
La di las gracias.
Según la araña, era un viejete bien armado, pero..., ¿qué hacía aquí?
Me acerqué sin hacer ruido a la puerta que estaba cerca de las escaleras.
Lo olía, pero, no era uno que yo esperaba.
Fruncí el ceño, ¿qué pasaba con este abuelo?

Delante mio apareció un anciano, sin duda, pero, ¿por qué no olia como ellos?
-Podría hacerle la misma pregunta, si cree que la casa está maldita, ¿por qué a venido?, este lugar es peligroso para un anciano, si es que realmente lo es
Le miré fíjamente.

-Pues resulta que este es uno de mis sitios favoritos, vengo aquí cuando quiero estar sola, como supuestamente la casa está encantada, pues la gente no se acerca, pero esto ya se está volviendo turístico
Me relajé un poco. Por lo visto solo ibamos a charlar..., de momento.

-Si hubiese alguien por aquí, creeme, lo sabría, al igual que te detectado a ti, así que ya te esperaba

-En ningún momento ha dicho que te he detectado por hacer ruido, y aquí es donde quiero llegar yo, o una de dos, o eres un anciano muy limpio o no lo eres, y si realmente lo eres e de felicitarte por ocultar tu olor, porque no hueles a vejestorio
Dije seria.

Seguía sin fiarme de él, había algo más, algo característico.
Sonreí de lado.
-Si, ya, a ti te lo voy a contar

-Bastará con solo decirte Sonianda, y si, deberías irte, o acabará pensando tu "nieto", que la casa está encantada

-Ju
Solté cuando se marchó.
-Sabes bien poco de mi
Dije dándo la espalda a la puerta y murmurando para mi. Desde ahí miré por la ventana.

Adulta
-estaba muy aburrida, ya tenia algo de tiempo de que habia vuelto y segun la información que habia obtenido, aqui se encontraba una de mis mejores amigas, sali del bosque unos minutos despues de que vi a un hombre mayor salir, y me acerque a la casa

Desde ahí podía ver el bosque, ahora tranquilo, y a pesar de que estaba oscuro, divisé una figura que se aproximaba.
No la identificaba a esa distancia, pero lo sabría enseguida si se acercaba hacia mi.
-Últimamente la casa de los gritos ya no es lo que era
Dije para mi mientras me apartaba de la ventana.

Tardó un poco en venirme el olor de esa persona, pero en cuanto lo hizo, la identifiqué enseguida.
Después de pasar algún tiempo con ella, era uno de los olores que se me habían quedado grabados.
Esperé en la habitación a que llegara, pero, ¿qué la traía aquí?

Sonreí al escuchar a Hollie y después como se sentaba en una silla como si fuera su casa.
-He estado viajando
La contesté.
De mientras una araña bajó por su hilo y se posó en mi hombro derecho.
-¿Y tú?
Le devolví la pregunta.