descubriendo verdades...

Noté que a la serpiente le molestaba tanto o incluso más que a mí y se me ocurrió una genial idea, molestarla. Por supuesto eso significaba que me tocaría sufrir las consecuencias a mi tambien pero ¡que gratificante seria! sonreí de lado, si tuviese que elegir entre los Balfour y los Malfoy... bueno, al menos tendría a Ana...

- ¿No deberíamos hablar con la señorita Balfour? - pregunté a Ana haciendo caso omiso a Bathory. O sí, me iba a gusta mucho más que los albergues...

No pude reprimir una carcajada, aunque en el fondo pensase lo mismo. No sabían lo que era vivir en esos sitios, eso era una vida dura y era mil veces preferible vivir con una serpiente estupida. No mostré ninguno de esos sentimientos, lo bueno de los orfanatos es que te ayudan a fortalecerte por dentro.

-Creo que tiene razon, convivir nosotras sería ver una serpientilla muerta... - medio sonreí y continué más seria- Ana, No quiero ser una molestia. Quizá lo mjor sea que me vaya.

Off: Imaginate Elenita y Irene juntas... en la misma casa... Dios! eso es digno d ver!!jajaja

Me callé. ¿Qué iba yo a decir? Yo, que por una casualidad del destino había descubierto que aquella Gryffindor era mi prima, era de mi familia.
Pero también estaba Elena, sí. Ella también era mi prima a la cual, a pesar de todo, estimaba y apreciaba.
Yo... ¿qué pintaba yo ahí en medio de una leona y una serpiente? Eran cuestiones familiares sí, pero de todas formas era irritante tener que ver casi como saltaban las chipas.

- Bueno,.... Supongo que si no le queda otra familia - argumenté dirigiéndome a Elena -, lo lógico es que tuviera que irse con la poca que le quedase. Supuestamente además eso es así por ley - mis palabras sonaron dubitativas ante aquéllo.

Mi cara podía mostrar tantos sentimientos a la vez en ese momento casi como la cantidad de pensamientos que se me pasaban por la mente.

Ana estaba tan confusa como yo, pero ella dejaba ver sus sentimientos con bastante facilidad.

- Voy a hablar con la señorita Balfour - dije decidida - si quereis venir, venid, si no... iré yo sola.

- Oh, me resulta odiosa tu preocupación - sonreí - pero debes saber que soy inmune a las picaduras.

Miré a Ana como para saber si venia, no tenía porqué hacerlo pero... no creo que fuese apropiado dejar a una serpiente y una leona solas demasiado tiempo.