Quería desfogarse, y de todos los sitios en los que había pensado, la mejor opción eran Las Tres Escobas.
Entró acalorada porque ya empezaban a ser temperaturas agradables y dejó una chaqueta sobre una silla en una mesa vacía.
Después de sentarse, fue hacia ella prácticamente corriendo un camarero.
- ¿Qué desea?
- Un capuccino... eh... -miró la lista de sándwiches-. Un Sandwich vegetal y.. eh... un zumo de melocotón -sonrió encantadoramente, dejando a un lado la carta.
El camarero, tras apuntarlo todo asintió rápidamente y fue tras la barra.
Asile mientras miró las mesas. No había demasiada gente, así que, a no ser que ellos acabaran de venir, como ella (cosa que no creía, porque todos tenían cosas sobre la mesa), así que no entendía el por qué de las prisas del camarero.
Se encogió de hombros y se recostó en la silla de madera, esperando a que trajern su pedido y mirando a la nada.