- ¡¿Qué?! - grité asuatada - ¿Pero cómo? y ¿Quién me ha hecho esto? - intenté tranquilizarme - Solo soy una niña pequeña - dije entre lágrimas - ¿Y qué tengo que hacer? ¿Cómo voy a poder llevar esto? y respecto a la sed de sangre ¿Cómo lo controlaré? - estaba muy asustada y nerviosa, tanto que me resultaba dificil articular palabra, solo me venían preguntas y preguntas, estaba confusa, no sabía que hacer.
- Por favor, si sabes algo, tienes que ayudarme - me heché a llorar.
- Por favor, si sabes algo, tienes que ayudarme - me heché a llorar.