Tomando algo...

Escuché el ruido del local desde la puerta, a decir verdad estaba mucho más vacio de lo que imaginaba pero apesar de todo suspiré y entré. La luz me aturdió durante unos instantes.

Al fondo había una mesa, sin pensarlo me dirigí hacia allí.

Nada más sentarnos, a pesar de la gente que había la camarera vino preguntando que deseabamos.

- Hmmm Un batido de fresa, por favor - miré a mi compañero y pregunté -. ¿Y tú?

De repente me puse seria.

- Odio a los morifagos, me parecen seres crueles que no merecen la compasión de nadie. Hacen sufrir a gente, a inocentes como los muggles, a las familias - puse un emfasis especial en "familias" aunque no lo hice a proposito, ya me salía solo -, y encima son capaces de disfrutar con ello. - Solo le contó una verdad a medias, pero ¿quien era ese tal Jacob? no sabía nada de él. ¿Por qué debería confiar en él? La experiencia me había hecho desconfiada pero ¿acaso había otra forma de no acabar herida? Despues de todo, todos los humanos acaban dañandote, para bien o para mal, queriendo o sin querer..

- ¿Profesor? - lo miré a los ojos intentando ver que tipo de profesor habría sido -. ¿Qué materia hubieses impartido? - pregunté por curiosidad.

Me entró la risa al escuchar las asignaturas.

- Me parece que ni a la directora Riddle ni a mi nos hubiese gustado que nos quitases el puesto.

- Siempre me ha gustado impartir clase, lo hago como hobbie. Ah, de encantamientos asique no se te ocurra acercare a mi puesto - amenazó en broma. Después miró alrededor, la gente se iba marchando. Miré la hora, se estaba haciendo tarde -. Creo que va siendo hora de que me marche...

- Claro, ha sido agradable - me paré en seco, dejé tres galeones en la mesa y dije - oye, has conseguido que olvidase mis preocupaciones poca gente lo consigue - guiñé un ojo y me marché del local. En la puerta me desaparecí.

*No tengo ni idea, dejo los galeones por si acaso.