Clase 2. Poción Reabastecedora de sangre

Ya en el aula, Asile puso todo a punto y esperó a sus alumnos. Esperaba que tuvieran todo claro.

En la pizarra apareció:

Poción Reabastecedora de Sangre

Entré en el aula.

- Buenos días -saludé tomando asiento.

Entré en el aula detrás de Irene.

- Buenos días - saludé animada y me senté en una mesa, al lado de Irene

- Buenos días chicas -sonrió-. Esta clase vamos a hacer la poción reabastecedora de sangre... realmente útil en San Mungo cuando alguien ha perdido demasiada sangre o en pleno campo de batalla cuando ya se ha curado un poco alguna herida... ¿Qué me podéis decir de ella?

- Esta poción, como su nombre indica genera sangre, se introduce en el organismo por vía intravenosa y cuando la poción pase por el corazón se convertirá en sangre - dije trás levantar la mano

- Muy bien, Atiazna. 5 Puntos -mira a las dos niñas-. ¿Qué ingredientes veis en la poción que diéramos la clase pasada?

Apunté lo que dijo y me callé, no sabía que responder.

- Chicas... el libro...

Miré pensativa a la profesora y trás un rato contesté

- Las cenizas de fénix

- Muy bien -sonrió-. Otros 5 puntos, Atiazna. Bien. ¿Véis algo que os llame la atención, que os suene raro? Si no es así, vamos directamente a la poción en sí.

Miré a loa profesora contenta y al oir lo que dijo volvía mirar la página de mi libro y me leí detenidamente todo lo que ponía en ella.

- No, ninguna duda a simple vista - contesté al acabar

- Tampoco tengo dudas -respondí sin más.

- Muy bien, entonces comenzaremos -sonrió-. Debido a que es una poción relativamente fácil, podréis ir haciéndola sin que yo la vaya haciendo a la vez... Mientras -dijo a la vez que observaba a las niñas, como empezaban a coger cosas-, os puedo hacer alguna pregunta sobre la poción... ¿Qué creéis que pueda pasar si se añade más ceniza de la necesaria? Ah -se acordó-. Haced como si la sangre que se requiere fuera un litro.

Fui a coger los ingredientes cuando escuché a la profesora.

- Nos podríamos ahogar con nuestra sangre... Nos aumentaría mucho el flujo sanguineo, más de lo necesario.

- Muy bien, Irene. Exactamente, habría demasiada sangre y podría haber graves consecuencias... -asintió-. 5 puntos.

**He hecho toda la poción... pero no sé si querías preguntar cosas o no entre medias xD si quieres la divido...**

Sonreí mientras cogía las cenizas de fénix. Me giré hacia mi caldero. Miré el libro y leí las instrucciones completas tres veces antes de ponerme a seguirlas. Parecía facil. "Ya veremos".

La profesora había dicho que usasemos 1l de agua... lo que quería decir que tendríamos que utilizar 200gr de cenizas. Las medí con sumo cuidado. 200gr. Exactos. Las puse en el caldero...

Miré el libro, utilizar el encantamiento aguamenti tragué saliva y lo hice con cuidado sobre el vaso de precipitados... El primer intento lo hice mal, pero en el segundo lo conseguí. Medí la cantidad exacta 500ml. ¡Lo tuve que volver a hacer! El vaso era de 500ml y necesitaba 1l. Maldije, aunque me salió bien.

¿Donde estaba la cuchara? Empecé a buscarla por todos lados. ¿Donde la había metido? Miré debajo del libro, entre los ingredientes, detras del caldero... ¡entre las páginas! Hasta que se me encendió la bombilla, definitivamente... menudo curso llevaba. ¡La había dejado metida en la mochila! La cogí y removí bien.

Ahora la peor parte... Cogí el cuchillo y me pinché el dedo. Obviamente cerré el ojo al ir a pincharme. Dolor efímero. Pasajero. Puse una gota en el caldero y me metí el dedo en la boca. Volví a mirar el libro.

2 minutos.

Suspiré y cogí la cuchara mientras miraba el reloj. Durante dos minutos removí la poción de forma lenta y sin parar... Sentía el brazo muerto. Dos minutitos exactos. No quería que saliese mal.

Terminé y miré a la profesora.

- Ya... Creo que ya está, señorita Riddle -expliqué.