Excursión de la clase de Encantamientos... (1ºy2º)

A la hora convenida esperé en el Hall de Hogwarts con total tranquilidad a los alumnos.

Llegué al Hall a la hora de comienzo de la excursión y vi que solo estaban la profesora y Elena.

- Hola - saludé en general.

- Buenos dias, chicas - saludé a ambas sonriente.

Llegué justo a la hora al Hall. Allí vi a la profesora y a Dawn, de primero, y a Elena.

- Hola profesora -la saludé, y luego me dirigí a las chicas con un movimiento de mano.

- Hola - saludé a Azrael con una sonrisa. Miré el reloj, ya llevabamos un rato esperando -, JaKm dijo que vendría ¿No?

- Olvidad la pregunta - dije viendo que JaKm bajaba por la gran escalinata -. Buenas tardes, venga chicos, pongamonos en marcha. Seguro que queréis hacer más cosas de las que podremos en tres horitas...

Comencé a caminar hacia la verja, que abrí con un encantamiento. Sujeté la puerta y esperé a que todos salieran.

- ¿Qué tenéis en mente? ¿Zonko? ¿Las tres escobas? ¿La casa de los gritos? - pregunté por preguntar.

- Bien creo que tendremos tiempo para verlo todo... - escuché la pregunta de la chica -. Pues, sé que preferís ir por vuestra cuenta y que puede ser un aburrimiento ir con la profesora, pero no queda más remedio. Si os dejo solos podría pasaros algo y sería mi responsabilidad. Además se supone que esto está prohibido hasta 3º... - me mordí el labio, sabía que ir con el profesor a todos lados podría resultarles aburrido pero ¿que remedio me quedaba?

- Bueno, al menos venimos -metí las manos en los bolsillos de la túnica y me quedé mirando al pueblo que aparecía una vez habíamos traspasado las verjas de entradas.

Nunca lo había visto, ni siquiera en fotos, y me entró un cosquilleo en el estómago.

Miré a los chicos sonriente.

- ¿Qué os parece Honeydukes? - pregunté.

Cuando llegamos a la tienda entré y me quedé mirando los artículos, sin perder de vista a los alumnos.

Cuando entramos miré el mostrador con avidez.

- Mmmm... una pluma de azúcar estaría bien -rebusqué dinero en los bolsillos, pero no tenía nada en la túnica-. Ah, bien, y encima me dejo el dinero... Qué desastre...

Puse los ojos en blanco y seguí mirando los estantes. Se me hacía la boca agua, ya estaba deseando estar en tercero para ir al pueblo siempre que nos dejaran.

- Eh... Nada -me pasé la mano por la cabeza-. La verdad es que no tengo hambre.

- Ya pero... no me van mucho las chucherías, la verdad -me sentía un poco mal por mentirla, así que baje la cabeza y murmuré-. Además, se me ha olvidado el dinero.

Paseaba por la tienda y me quedé mirando una caja de chocolatinas. Pensaba comprarla para todos pero no sabía si les gustaba o no. Me mordí el labio insegura cuando escuché la conversación de Azrael y Elena. Preferí no meterme.

¿Chocolatinas o ranas? seguí pensando interiormente.